Como dirían algunos: "Dando el callo" desde 1979. El avión en sí es de color gris, pero al entrar con las últimas horas de luz, su fuselaje se tornó de un color ocre precioso. En su bóveda lateral se puede divisar a uno de los tripulantes observando atentamente el aterrizaje. Sin duda alguna un lugar privilegiado que a muchos nos gustaría estar algún día.
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