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Ese día hubo entrenamiento y el avión buscaba con tranquilidad, casi en la misma bocana del puerto, una buena orientación para el despegue ayudado por la lancha Pollensa que se ve delante. Delicado compromiso entre un viento aceptable y una zona despejada de obstáculos variables. Durante este periodo nos acompañó el único aun con el numeral 431 en el fuselaje.
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