Dejando su inconfundible estela de humo, prcedente de sus motores T-56, este Orion decapado despega con rumbo a Madrid. Esperemos verle pronto con su pintura de guerra porque la verdad es que así, da hasta pena.
De las pinturas de avión más bonitas que he visto, tan brillante. Parece la panza de un Ryanair de lo que brilla. Y el color recuerda a los primeros aviones antisubmarinos de la Us Navy.