Lo bueno de Thai es que prácticamente no tiene aviones pequeños, y fácilmente te suben en un B747 para llevarte a un destino cercano. Vista desde la ventanilla terminando el retroceso, con un simpático Nok Air en plataforma.
Impresionante poder observar tan de cerca al rey de los cielos, mientras espera su turno en finger para volver a Bangkok. De fondo un jumbo de Korean parte de regreso a Seul.
Suvarnabhumi es un buen sitio para quedarse a vivir: todos los pesos pesados de Thai y mucho tráfico interesante que resulta difícil ver por aquí. Vista parcial de la sala C de uno de los aeropuertos que nunca duerme, y del HS-TGT.