En el aterrizaje por la pista 27 de Sevilla después de su primer vuelo, con viento cruzado de 210 y rachas de 20 a 35 nudos, el HC-144-A tomó esta peligrosa actitud, solventada con gran profesionalidad por su tripulación.
Estacionado en la plataforma de la BRIPAC al finalizar uno de los vuelos de calificación de la tripulación americana. Curiosamente, dicha tripulación tuvo que desembarcar en LETO ya que el resto de la misión estaba planificada para calificar a los propios tripulantes de CASA en la que no podían participar los americanos.