En mi espera para volar de Madrid a Murcia San Javier, decidí ir al puente de Paracuellos porque iba a ser una de las pocas oportunidades que se me iban a presentar de poder fotografiar al Ilyushin de Cubana. Otro objetivo conseguido. Dedicada a Carlos Enamorado que me iba narrando en cuanto podía desde el trabajo casi los movimientos del Cubana minuto a minuto.
El único avión ruso que nos visita regularmente, con ese peculiar silbido, en un dia algo deslucido por las nubes, a punto de tomar procedente de La Habana.