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Recuerdo que en el verano de 2008 llendo hacia La Habana, en pleno atlántico, el comandante nos dijo que nos asomáramos por las ventanillas derechas pues nos ibamos a cruzar con un 747 de British. Mala suerte y monumental cabreo el mío puesto que mí asiento no tenía ventanilla, sino que estaba situado en el pasillo central.
Desde entonces era uno de los aviones que más ganas tenía de verle en vivo y en directo. Casi 3 años después, me he reencontrado con él, y a lo grande, en Heathrow.
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