En descenso hacia el Kotoka Internacional de Accra y antes de atravesar una pequeña tormenta, tras un vuelo tranquilo, empieza a caer la tarde/noche. Dedicada a esos trabajadores de Iberia, una gran aerolínea que no pasa por sus mejores momentos.
La inmensidad del desierto es tan solo comparable a la del océano. Sobrevolando algún punto del desierto de Argelia en el retro de Iberia, con unas 40 personas a bordo, cubriendo la ruta Madrid - Accra.