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José María Rebés

La ergonomía de un viaje de avión: las ventanillas

 Fecha y hora de inicio
 
07/06/2017 20:48:56
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Imagina por un momento que, cuando llegas al avión, este carece de ventanillas. Sí, hay luz suficiente y también percibes un aire limpio y renovado, pero no puedes ver el exterior.

Si revisamos la historia de la aviación civil, esa de los aviones "con ventanillas", que dirían los amantes de la militar, nos será fácil extraer la conclusión de que una de las pocas cosas que no han cambiado desde el primer vuelo de los hermanos Wright (Wilbur y Orville) hasta nuestros días es que los pasajeros pueden ver el mundo exterior cuando se encuentran sentados en su butaca del avión. Y sinceramente creo que es algo más que una tradición.

Estructuralmente sería más fácil fabricar un avión sin ventanillas en la cabina de pasajeros que con ellas. Un tubo liso sin agujeros presentaría un comportamiento estructural mucho más fácil de predecir, más barato en su construcción y más robusto en su vida operativa. Pero ¿cómo reaccionarían los pasajeros? Obviamente para un spotter sería un auténtico desastre, el fin de las fotografías de aeropuertos tomadas desde las alturas, como esta misma (mía, claro, pero no os preocupéis, si hacéis clic no aumentarán las vistas):



Veamos, cambiemos de medio de locomoción. ¿Imagináis el entrar en vuestro camarote de un barco y descubrir que no tiene ninguna ventana, ni al exterior ni a ningún pasillo interior? Una habitación así produce una cierta sensación inmediata de ahogo, como si nos faltara el aire, a pesar de que sabemos a ciencia cierta que no faltará la renovación del oxígeno. Claustrofobia, así se llama esa sensación, la aversión a los espacios cerrados, y cuanto más reducidos más agobiante.

El pasajero de un avión puede o no mirar por las ventanillas, pero necesita saber que están ahí y que, en definitiva, existe un mundo exterior. Aunque sea de noche, aun cuando nada se vea en ese exterior, aunque el avión atraviese nubes espesas de día, da igual, hay un exterior. En un tubo cerrado sin ventanillas te tienes que creer que subes, vuelas a velocidad de crucero y luego bajas. Algo falla en el mecanismo mental si no lo puedes ver: tu experiencia sensorial está desequilibrada, tu estómago siente movimientos, tu oído también, pero no tu vista, y en resumen lo que se llama equilibriocepción tiene la información incompleta. Haz una prueba: ponte de pie, en un lugar relajante (y procura que haya alguien que controle lo que pueda pasar), cierra los ojos y espera 5 minutos. ¡Qué digo 5 minutos, espera 20 segundos! Lo más probable es que pierdas el equilibrio y te inclines hacia un lado, el que sea, normalmente hacia delante o hacia atrás.

Hace años padecí un episodio de vértigos producidos por una infección vírica en uno de mis oídos. Superada la primera semana de inmovilización en un sofá, durante la cual cualquier intento de levantarme me producía vómitos, pasé al menos un año con mi equilibriocepción alterada, no pudiendo conducir durante algunos meses ni realizar ningún tipo de pruebas físicas. Además, durante los vuelos cualquier giro, balanceo, picada, etc., del avión lo percibía altamente exagerado, pudiendo notar que el avión se alabeaba 90º aun cuando lo hiciera solo unos pocos grados. Cerrar los ojos no me ayudaba para nada.

Ese sentido del equilibrio necesita de los tres sentidos, salvo en los ciegos, que se habitúan al uso de solo dos sentidos: estómago, oído y vista. Si no puedes ver el horizonte no sabrás si el avión gira o no, y aunque lo sepas tu cuerpo no podrá calcular correctamente tu posición espacial. Así es que no solo por claustrofobia, sino además por equilibriocepción, la fabricación de aviones comerciales con ventanillas es un gran invento.

Desde hace algún tiempo se nos avisa, con cierta frecuencia, que en pocos años se verán aviones comerciales sin ventanillas, los "Aerospace Windowless Aircraft" dicho en inglés, que es como gusta el mundillo de la aviación en llamarle a las cosas. Esos aviones llevarán paneles de realidad virtual, en los que los pasajeros creerán ver el exterior. En esos artículos se nos describe incluso la posibilidad de dotar con esos paneles al 100% de la estructura del avión visible por el pasajero, con excepción quizás de los asientos. O sea, que podrías mirar al techo del avión y ver el cielo, no el techo. Lo mismo si miraras al suelo, verías la Tierra, en lugar del suelo del avión. ¡Pobre de ti si se te cae algo diminuto al suelo, sufrirás para encontrarlo!

Lo dudo, sinceramente lo dudo. Imaginad por un momento que se altera el sistema de imágenes y que te muestra la Tierra arriba y el cielo abajo. ¡Válgame el Cielo -ustedes disculpen el juego de palabras- qué mareo! Para el común de los mortales la experiencia podría resultar indeseable, pero es que para la mayoría de los viajeros -spotters aparte, que ya no suben a esos aviones futuristas nada más que para dormir- el no tener NADA bajo los pies sería simplemente demasiado.

No, no se nos abrirá el cielo bajo los pies en el futuro, podéis estar seguros. ¿Y simples paneles para sustituir a las ventanillas actuales? Situando un sistema múltiple de cámaras en los laterales del avión, un programa informático podría construir una realidad virtual capaz de simular el exterior para cada ventanilla virtual tal cual se vería si en su lugar hubiera una ventanilla real. Salvo "cuelgues" del sistema informático todo parecería muy real. Pero ¿para qué simular la realidad cuando la podemos tener con esa sencilla ventanilla actual? Aparentemente no hay razones de seguridad para dar soporte a la versión digital de la ventanilla, no suelen reventar las ventanillas ni se oye hablar de roturas en vuelo. En cambio, ¿apoyarías tu cabeza en una ventanilla virtual como ahora lo haces en una de verdad?

Y ya puestos ¿por qué tendrían que mostrar la realidad? Bien podrían mostrar una simulación del vuelo, perfecta, aséptica, nada de nubarrones potencialmente peligrosos, ningún rayo surcaría los LED de la pantalla, y tampoco sería jamás noche cerrada, que angustia más que el día. El Sol no dañaría tus ojos, nunca estaría a contraluz, y de hecho no habría Sol, únicamente su luz. ¿Para qué se necesitaría ver el Sol? A mí me gustaría que "pusieran" siempre el paso sobre los Alpes en un día soleado y con las montañas mostrando el contraste maravilloso de la nieve en las cumbres y las laderas de tierra marrón, con esos frondosos bosques siempre verdes que más abajo de las cumbres llegan deslizando naturaleza hasta los valles más profundos. Ya puestos, ¿por qué no una realidad virtual a la carta? Ya veo las low-cost cobrando por escoger realidad virtual.

Saludos cordiales,

José María Rebés
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Modificado el 07/06/2017 22:30:58
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